Es un álbum que desde la primera vez que lo leí me encantó por su sencillez y profundidad.
El álbum, a través de sencillos y dibujos y de textos cortos y directos, nos va mostrando, a través de dos comunidades de puntos, unos blancos y otros negros, el Norte y el Sur de nuestra civilización, aquella que se instala tanto dentro como fuera de nuestra sociedad. Es decir, la desigualdad en el reparto de la riqueza y el deseo de la parte más pobre de vivir en la zona más rica que hace que traten de ir (emigrar) a donde se vive mejor.
Son los puntos negros los que representan el Norte, y los blancos los que reflejan el Sur. En este caso, el mensaje, frente a los discursos xenófobos de las personas del Norte, es el de la solidaridad de los puntos negros con los blancos. No se trata de poner barreras, de expulsar, de ilegalizar, de perseguir, de encerrar, de controlar... En este caso la cuestión es trabajar juntos para conseguir que no haya diferencias entre el Norte y el Sur. Y de ese trabajo, como nos pasaría a las personas de este mundo, nacen unos nuevos puntos, consolidando una nueva forma de vida que, en nuestro caso equivaldría a dotar de sentido a la idea de "familia humana".
Este álbum es para todas las edades, y partiendo de esa premisa lo he compartido con alumnado de Primaria -y pienso que también se podría trabajar en Infantil- Secundaria y personas adultas. Y siempre han salido cuestiones relacionadas con nuestras ideas y con nuestras vivencias acerca de esa diferencia Norte-Sur.
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