miércoles, 14 de abril de 2021

Palabras dulces, un álbum ilustrado de Carl Norac y Claude K. Dubois

No estamos sobrados de palabras dulces. Es más, yo diría que lo que nos sobran son palabras amargas, descalificadoras, insultantes.. Y lo que puede resultar más extraño es que cuando aflora a nuestra garganta esa dulzura nos vemos, por aquello de la premura de los tiempos que corren, con dificultades para articularlas, para soltar al aire esos caramelos que tienen la capacidad de endulzar y de mitigar la posible amargura de la vida de los demás,

Es lo que le pasa a la protagonista de este álbum. Amanece con palabras dulces en su boca,, pero, a lo largo del día, no va a tener oportunidad, por unas razones o por otras, de decirlas, hasta que al final, sobreponiéndose a esas circunstancias que la hacen callar, las lanza como caramelos proyectados desde una carroza festiva. ¿Qué pasará?

Este es un álbum muy dulce, valga la redundancia. Lo he compartido con jóvenes y con un curso del ciclo medio de primaria, y en las distintas sesiones hemos compartido desde nuestra vivencia lo que se siente cuando te callan tus palabras dulces y cuando no tienes tiempo o tienes cosas que te parecen más importantes que te impiden recibir el regalo que son para nuestros oídos y para nuestra alma esas dulces palabras.

Nota: Según estaba redactando esta entrada, me ha venido a la cabeza la canción de Víctor Manuel, A dónde irán los besos, y un pequeño artículo que, basándome en esa canción, escribí para la revista del IPI Sansomendi (Vitoria-Gasteiz), ¿A dónde irán los besos que guardamos, que no damos?


domingo, 11 de abril de 2021

JUUL, un álbum ilustrado de de Gregie de Maeyer y Koen Vanmechelen

Jull representa al niño o la niña con el que todos se meten, le insultan y agreden. Y se detiene en la reacción que se produce en la víctima cuando eso sucede. Porque en esos momentos, uno tiene ganas de huir, de desaparecer, de hacerse invisible para que así nadie le vea y nadie pueda menospreciarle. En este álbum, Juul hace lo propio, solo que lo hace poco a poco, trozo a trozo. Él va quitando de su cuerpo todo aquello que es objeto de burla y, claro, se va quedando sin él.

Psicológicamente, las personas reaccionamos de forma muy similar, solo que, en vez de irnos mutilando, nos vamos cercenando nuestra personalidad, nos vamos despreciando, infravalorando..., hasta llegar un momento en que dejamos de existir socialmente e incluso, en los casos más graves, llegamos a consumar la desaparición física quitándonos la vida.

Este álbum, a pesar de abrir una ventana a la compasión y la ayuda, es duro, pero no tan duro como el sufrimiento que nace de las agresiones y de las vejaciones realizadas por otras personas que bien pueden ser los iguales, los compañeros de clase o de colegio. Es un álbum que nos lleva, entre otras cosas, a empatizar con las personas que sufren esta violencia y que, desgraciadamente con muchas más de las que pensamos. 

lunes, 5 de abril de 2021

Frederick, un álbum ilustrado de Leo Lionni

Desde pequeño, cuando me leían la fábula de "La cigarra y la hormiga", siempre me decantaba, creo que bastante influido por las personas adultas que me la leían, por la figura de la hormiga. Y en esta imagen maniquea persistí hasta que no hace muchos años, en un Encuentro de Tertulias Literarias de Euskadi, cuando compartimos fábulas de Samaniego, un joven, casi un adolescente, me hizo ver que aquella visión respondía a esquemas de productividad-improductividad, trabajo-vagancia, responsabilidad-irresponsabilidad..., que no dejaba ni el más mínimo espacio para lo lúdico, para lo creativo, en definitiva, para el arte. Y me vino a la mente el poema de J. A, Goytisolo, Me lo decía mi abuelito que musicó Paco Ibáñez y que con tantas ganas canté (y canto) en mi juventud.

¿Y con Frederick? Pues pasa algo parecido. Se acerca el invierno y la familia de ratones empieza a almacenar provisiones. ¿Toda la familia? Toda, menos Frederick, que se dedica a recoger rayos de sol, colores y palabras. ¿Para qué, si eso no sirve para alimentarse?

La historia que nos relata Leo Lionni deja bien a las claras que lo que recoge Frederick también alimenta. Es aquello que Nuccio Ordine proclamaba en su manifiesto acerca de La utilidad de lo inútil.

Pero, en las tertulias, no todo el mundo lo ve así. De ahí que surjan debates muy intensos y enriquecedores. Aunque os he de confesar que después de muchos debates sigo siendo fan de la cigarra y de Frederick.